→ ¿Qué pasa si mientes al contratar un seguro? Consecuencias reales y legales

→ ¿Qué pasa si mientes al contratar un seguro? Consecuencias reales y legales

Contratar un seguro debería ser sinónimo de tranquilidad: pagas una prima, obtienes cobertura y sabes que, si algo sucede, estarás protegido.
Pero esa relación entre asegurado y compañía se basa en un principio fundamental: la buena fe.

Y ahí es donde muchos se equivocan.
Algunas personas, por ahorrar dinero o conseguir mejores condiciones, ocultan información o falsean datos en el cuestionario inicial. Sin embargo, lo que parece una “mentira inocente” puede convertirse en un grave problema legal y económico.

En este artículo veremos qué implica mentir al contratar un seguro, las consecuencias reales según la ley, los tipos de fraude más comunes y cómo evitar caer —intencionadamente o no— en esta práctica.


El principio de buena fe: la base del contrato de seguro

En España (y en la mayoría de países hispanohablantes), el contrato de seguro se rige por el principio de buena fe.
Esto significa que tanto el asegurado como la compañía deben actuar con transparencia y veracidad desde el momento en que se inicia la relación contractual.

El artículo 10 de la Ley del Contrato de Seguro (LCS) establece que el tomador debe declarar todas las circunstancias que puedan influir en la valoración del riesgo.
En otras palabras: la aseguradora confía en que la información que proporcionas al contratar —sobre tu salud, vehículo, vivienda o historial— es cierta.

Si esa información no es veraz, el contrato se basa en un riesgo diferente al real, y la compañía puede alegar que nunca habría aceptado asegurar en esas condiciones o que la prima debió ser más alta.


¿Qué se considera “mentir” en un seguro?

Mentir no siempre significa inventarse datos. También puede ser ocultar información relevante o no actualizarla cuando cambia.
Veamos algunos ejemplos frecuentes:

En seguros de salud:

  • Omitir enfermedades preexistentes (como hipertensión o diabetes).
  • No declarar tratamientos médicos recientes.
  • Falsificar informes o resultados de análisis.

En seguros de auto:

  • Indicar un conductor principal distinto del real (por ejemplo, poner al padre cuando el coche lo usa el hijo joven).
  • Modificar la dirección habitual del vehículo para pagar menos prima.
  • Declarar menos kilómetros o uso distinto al real (decir “solo fines de semana” cuando se usa a diario).

En seguros de hogar:

  • No especificar reformas, ampliaciones o materiales que cambian el valor de la vivienda.
  • Omitir que hay negocios dentro de la casa (como un taller o almacén).

En seguros de vida:

  • No declarar hábitos de riesgo (fumar, deportes extremos).
  • Falsear la edad o estado de salud.

Todas estas acciones pueden parecer pequeñas o “comprensibles”, pero legalmente constituyen un incumplimiento del deber de declaración del riesgo, y eso tiene consecuencias.


Consecuencias legales y económicas de mentir en un seguro

Mentir al contratar un seguro puede salir mucho más caro que decir la verdad desde el principio.
Las consecuencias dependen de si la mentira fue intencionada (dolo) o por descuido (culpa leve).

a) Si la mentira fue intencionada

La aseguradora puede:

  • Rescindir el contrato inmediatamente.
  • Negarse a pagar cualquier indemnización.
  • Quedarse con las primas pagadas.
  • Y, en casos graves, denunciarte por fraude de seguros, un delito tipificado en el Código Penal.

💬 Ejemplo:
Si falseas un parte médico para ocultar una enfermedad y luego reclamas una prestación, la aseguradora puede probar la falsedad y no solo negarse a pagar, sino iniciar acciones legales.

b) Si fue por omisión o error sin mala fe

En este caso, la ley permite que la aseguradora:

  • Ajuste la prima o modifique el contrato retroactivamente.
  • Reduzca la indemnización proporcionalmente al riesgo real.

💬 Ejemplo:
Declaras que usas tu coche 5.000 km al año, pero haces 15.000 km. Si tienes un siniestro, podrían pagarte solo una parte de la indemnización.

c) Si la mentira se descubre tras un siniestro

Aquí es donde el problema se agrava.
Si la aseguradora detecta que mentiste después del siniestro, puede:

  • Rechazar completamente la cobertura.
  • Anular la póliza con efecto retroactivo.
  • Reclamar las cantidades abonadas si ya te pagaron alguna indemnización.

Y lo más importante: una vez que figura una anulación por fraude en tu historial, será muy difícil volver a contratar un seguro con otras compañías. Los aseguradores comparten información sobre estos casos a través de bases de datos comunes (como SINCO en España).

Qué pasa por engañar al seguro durante la contratación?

El fraude al seguro: delito penal con consecuencias serias

Cuando la mentira es deliberada y busca un beneficio económico, estamos ante un fraude asegurador, tipificado como delito de estafa en el artículo 248 del Código Penal español.

Las consecuencias pueden ser:

  • Multas cuantiosas.
  • Inhabilitación profesional.
  • Pena de prisión de seis meses a tres años si el fraude supera los 400 €.

💬 Ejemplo real:
Un asegurado simuló el robo de su coche para cobrar la indemnización. La investigación reveló que lo había vendido en el extranjero. Resultado: condena penal y obligación de devolver la suma recibida.

Las compañías aseguradoras cuentan con departamentos antifraude y colaboran con la policía y peritos especializados.
Hoy en día, gracias a la tecnología, es muy difícil “engañar” al sistema sin dejar rastro.


Cómo evitar problemas: declara siempre con transparencia

Mentir al contratar un seguro nunca compensa. Si el objetivo es pagar menos, existen alternativas legales y seguras para ajustar la prima:

Compara antes de contratar

Cada compañía evalúa el riesgo de forma distinta.
Puedes encontrar precios competitivos sin necesidad de falsear información usando comparadores (Rastreator, Acierto, iSalud, etc.).

Ajusta coberturas, no información

Si el precio es alto, reduce coberturas innecesarias o aumenta el deducible.
Por ejemplo, en lugar de mentir sobre el uso del coche, puedes optar por una póliza “por kilómetros” o con franquicia.

Revisa tu póliza cada año

Las circunstancias cambian: dirección, estado de salud, vehículo, etc.
Informar de esos cambios evita que, en caso de siniestro, la compañía alegue ocultación.

Guarda documentación

Siempre que declares algo (por ejemplo, una enfermedad superada o una reforma en casa), hazlo por escrito o mediante correo electrónico.
Así tendrás prueba de buena fe si surge algún conflicto.


Mitos comunes sobre mentir en los seguros

“Si no lo digo, no pasa nada.”
Falso. Si el dato es relevante para el riesgo, la compañía puede anular el contrato.

“Solo me rebajaron la prima, así que no me van a investigar.”
Falso. En caso de siniestro grave, la aseguradora revisa toda la información del contrato inicial.

“Nadie revisa los cuestionarios de salud.”
Falso. Los peritos médicos cruzan datos y pueden acceder a historiales si hay sospecha de ocultamiento.


Qué hacer si ya mentiste (y aún puedes corregirlo)

Si te das cuenta de que omitiste información importante al contratar tu seguro, lo mejor es rectificar cuanto antes.

  1. Contacta con tu aseguradora y comunica la información faltante.
  2. Solicita que actualicen la póliza con los nuevos datos.
  3. Si eso implica una subida de prima, valora cambiar de compañía, pero sin mentir.

Rectificar a tiempo puede evitar que pierdas la cobertura o te enfrentes a sanciones mayores.


Conclusión: la honestidad es la mejor póliza

Mentir al contratar un seguro puede parecer un atajo para ahorrar, pero en realidad es una trampa que tarde o temprano se paga cara.
El sistema asegurador está diseñado para funcionar sobre la confianza, y romperla no solo te deja sin protección, sino que puede acarrearte multas, juicios o antecedentes penales.

Si quieres pagar menos, existen formas inteligentes y legales de hacerlo: comparar ofertas, ajustar coberturas o negociar condiciones.
Pero si falseas información, la póliza pierde su validez y tú pierdes la tranquilidad.

En definitiva, cuando se trata de seguros, la sinceridad siempre sale más barata.

Para entender mejor cómo elegir la póliza adecuada, te recomiendo leer ‘Cómo leer (y entender) tu póliza de seguro sin ser experto)’ >>> http://futuristafinanciero.com/seguros/%e2%86%92-como-leer-y-entender-tu-poliza-de-seguro-sin-ser-experto/

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